La cantidad e abono a se aplicado en los cultivos está condicionada
principalmente por varios factores; por ejemplo la fertilidad original del suelo, en
clima y la exigencia nutricional del cultivo. Para establecer una recomendación
es necesario realizar validaciones para que cada agricultor determine sus
dosificaciones individuales. Sin embargo, existen recomendaciones que
establecen aporte de 30 gr. Para hortalizas de hoja, 80 gr. Para hortalizas de
tubérculos o de cabezas como coliflor, brócoli y repollo, y hasta 100 gr. Para
tomate y chile dulce. No obstante, algunos productores de tomate y chile dulce
han usado hasta 450 gr. Fraccionado en tres partes durante el ciclo de
desarrollo del cultivo.
En todos los casos, el abono orgánico, una vez aplicado, debe cubrirse con
suelo para que no se pierda el efecto.
El abono orgánico fermentado, también puede ser aplicado en forma líquida,
produciendo buenos resultados en corto tiempo. La preparación se hace
colocando 20 libras de abono orgánico fermentado mezclados con 20 libras de
gallinaza dentro de un saco en 100 litros de agua, luego se le agrega 2 litros de
leche y 2 litros de melaza y se fermenta por 5 días. La solución crecimiento, en
dosis de 0.5 a 1.0 litros por bomba de mochila de 4 gl de agua.